¿PODEMOS PREVENIR EL ENVEJECIMIENTO?

 

 

Existen diversas opiniones sobre si en vez de luchar contra el paso de los años, quizás deberíamos aceptarlos con naturalidad y vivir más relajados ante la aparición de unos cuantos kilos más, algunos que otros malestares y la falta de energía.

 

Sin embargo, corrernos el peligro de caer en el conformismo al aceptar dichos aspectos negativos como algo natural. En nuestra sociedad el envejecimiento es sinónimo de deterioro, enfermedad, fealdad. Vivimos en busca de la juventud como equivalente de belleza y salud.

 

En Estados Unidos, tal y como explica el célebre médico Deepak Chopra en su libro Unconditional Life, en el año 1979 se llevó a cabo un estudio a cargo de la profesora Ellen Langer, de la Universidad de Harvard, para comprobar si el envejecimiento era un proceso irreversible (y por lo tanto, posible de prevenir).

 

Se seleccionó a un grupo de voluntarios de 75 años de edad y se les recluyó en un apartado lugar de un bosque de Nueva Inglaterra. Allí se les instaló en un ambiente que imitaba la vida cotidiana de hacía 20 años, en 1959. Las revistas eran de esa época; la radio emitía música de esos años; las discusiones en grupo se centraban en hechos políticos y en las celebridades de entonces; y en las conversaciones se debía hablar en presente. El objetivo era que cada persona volviera a recordar y a comportarse tal y como se sentía, hablaba y actuaba cuando era 20 años más joven.

 

Mientras tanto, otro grupo de personas de la misma edad llevó a cabo el mismo experimento pero sin simular la vida de 1959. Se mantuvo rodeado de la actualidad propia de 1979, con la excepción de que debía hablar y recordar el pasado.

 

Previamente, durante y después del experimento, Langer midió los signos de envejecimiento de cada participante. Se comprobó que, a pesar de la brevedad del experimento, el grupo de 1959 mejoró en destreza manual y memoria; se mostró más activo y autosuficiente; se comprobó un estira-miento de los dedos y más flexibilidad y fuerza en las manos; mejor postura al permanecer sentado e incluso mejoró la vista y el oído. En cambio, el grupo de 1979 mostró ciertos cambios, aunque en menor grado, y ciertos aspectos empeoraron, como la destreza manual y el estiramiento de los dedos.

 

¿POR QUÉ ENVEJECEMOS?

El experimento demostró que lo que nos rodea tiene una gran influencia sobre cómo envejecemos. ¿Podrían, entonces, ser ciertas las palabras del filósofo indio Shankara que decía que envejecemos porque vemos a otros envejecer?

 

Por otro lado, científicos e investigadores se dedicaron durante años al estudio de las causas del envejecimiento, lo que dio lugar al nacimiento de dos teorías: el envejecimiento fundamentalmente celular y el envejecimiento como un proceso general, resultado del uso y desgaste del cuerpo.

 

Hoy en día estos dos polos se han fusionado en la teoría de que el envejecimiento es un proceso multidimensional y ecléctico, compuesto de mecanismos de reparación y destrucción, tanto a nivel celular como sistemático de todo el cuerpo.

 

Es imposible parar el reloj biológico del cuerpo y con ello el envejecimiento. Por eso es importante entender que no se trata de perseguir la idea de juventud, sino de salud.

 

Muchas personas consideran que la salud es simplemente la falta de enfermedad. Sin embargo, salud es sinónimo de vitalidad, autoestima, creatividad, sensación de unidad con la vida, alegría y energía positiva, aspectos que embellecen a la persona, sin importar la edad.

 

Con salud se pueden evitar los efectos negativos del envejecimiento (propios de nuestra forma de vida) como son el desarrollo de la osteoporosis, problemas de próstata, presión arterial alta, artritis, falta de energía, pérdida del atractivo físico y muchos otros.

 

ALGUNOS CONSEJOS

Las siguientes recomendaciones están basadas principalmente en la nutrición, ya que no solo somos lo que comemos si no lo que absorbemos. El objetivo básico es darle al cuerpo una selección de alimentos que reduzcan la producción de toxinas y que proporcionen una cantidad óptima de vitaminas, minerales, aminoácidos, ácidos grasos esenciales, fibra y agua para protegerlo, estimular su propio poder natural de auto-sanación y ayudar a que labore lo más eficientemente posible.

 

• Consumir productos biológicos.

 

• Comer, como mínimo, cinco vegetales diferentes y dos piezas de fruta al día.

 

• Beber agua embotellada o filtrada, al menos 1 litro y medio al día (más si se practica deporte, o en época de calor).

 

• Evitar el consumo diario o excesivo de té, café, alcohol, productos refinados, procesados y grasos (quesos, margarinas, panes, harinas, azúcar, dulces) y, por supuesto, cigarrillos. Todos ellos actúan como anti nutrientes, además de envejecer las células, y son totalmente incompatibles con la salud y la belleza.

 

Aumentar el consumo de:

 

Vegetales

Especialmente crudos, le proporcionan al cuerpo gran cantidad de vitaminas, minerales, enzimas, fibra y agua para mantenerlo sano. Entre otras cosas, los vegetales aumentan la vitalidad, la resistencia y evitan la degeneración de las células, desintoxican el cuerpo y ayudan a perder peso. Los vegetales ricos en calcio, magnesio y vitamina D ayudan, además, a mantener los huesos fuertes y sanos. Entre ellos se encuentran la col, el perejil, los berros, el brócoli, los guisantes frescos, los champiñones, la lechuga y los frejoles verdes. Las cebollas, los ajos y los puerros, ricos en sulfuro, reparan los cambios que se producen en la piel a partir de los 40 años, como las son arrugas y la pérdida de la elasticidad, además de proteger contra los problemas cardiovasculares. El silicio, que se encuentra en las zanahorias, el apio, el pepino, alfalfa y los espárragos, favorece la absorción del calcio y ayuda a bajar el colesterol y la presión sanguínea. El silicio junto con el magnesio es particularmente bueno para favorecer la flexibilidad del cuerpo.

 

 

Legumbres

Además de ser ricas en minerales, fibra, ácidos grasos esenciales y en la gama de las vitaminas del grupo B, también contienen lecitina que ayuda a bajar el colesterol y mantiene la capacidad mental en condiciones óptimas. Las legumbres combinadas con el aceite de oliva, hinojo, jengibre, perejil y las algas son más fáciles de digerir.

 

Frutas

Al igual que los vegetales, estas son muy ricas en potasio, que es de gran beneficio para contrarrestar los efectos de una dieta alta en sodio (sal, tocino, quesos congelados, comida preparada, etc.), tan típica en nuestra sociedad actual.

 

El potasio ayuda a bajar la presión sanguínea y previene la retención de agua (bolsas bajo los ojos, barriga, piernas hinchadas) y la celulitis. A partir de los cuarenta años la digestión se vuelve más lenta. Comiendo más frutas y verduras crudas se aportan enzimas naturales que ayudan a digerir mejor y a limpiar el intestino.

 

Arroz integral

El arroz ayuda a eliminar toxinas del cuerpo y es rico en el grupo de las vitaminas del complejo B, contiene minerales como el hierro, calcio, magnesio, zinc y también aminoácidos. Es muy común en los hombres de cuarenta años y en las mujeres acercándose a los cincuenta, que el pelo se vuelva más fino y escaso. Estos nutrientes que se encuentran en el arroz sin refinar ayudan a mantener el cabello fuerte y abundante. La gama de las vitaminas del complejo B también ayuda a prevenir las típicas manchas en la piel que aparecen con la edad.

 

Quinua

Es un cereal que se cocina como el arroz y es rica en proteínas, ácidos grasos esenciales, calcio, hierro, vitaminas B y E. Deberían consumirlas especialmente aquellas personas que han experimentado, con la edad, una disminución en los niveles de energía o en aquellos que sufren de presión arterial alta.

 

Los productos de soya

Estos incluyen la leche y yogur de soya, tofu, miso, soya germinada, tempeh, salsa de soya y proteína de soya texturizada.

 

La soya es muy rica en calcio y contiene fitoestrógenos, los cuales tienen una débil, aunque positiva, actividad estrógenica.

 

Los fitoestrógenos nos protegen de los efectos negativos de los químicos y contaminantes que imitan los estrógenos del cuerpo, afectando el equilibrio hormonal. Por esta razón, los productos de soya deben consumirse como mínimo 4 o 5 veces por semana, especialmente por las mujeres con síntomas de la menopausia y por los hombres con problemas de próstata.

 

Aceite de oliva

Debe ser extra virgen y prensado en frío. El aceite de oliva es rico en lecitina y vitamina E. Estos nutrientes previenen los problemas cardiovasculares, ayudan a eliminar las grasas y embellecen la piel y el cabello.

 

Aceite de ajonjolí

El sésamo o ajonjolí es muy rico en ácidos grasos esenciales, calcio y magnesio (entre otros nutrientes).

 

Aceite de sacha inchi

Es rico en vitaminas, nutrientes y minerales; además, tiene un alto porcentaje de grasas insaturadas (93 por ciento) como Omega 3, Omega 6 y Omega 9. Estas grasas insaturadas son consideradas "grasas buenas", porque controlan los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre, y reducen el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares.

 

Algas

Son ricas en minerales, especialmente en yodo, necesario para la glándula tiroides, responsable del metabolismo del cuerpo y, por lo tanto, del control del peso y de los niveles de energía. Es común que con la edad la gente observe un aumento de peso, aun comiendo las mismas cantidades que en el pasado. Las algas pueden estabilizar este síntoma si el problema proviene de la glándula tiroides. Son también excelentes para fortalecer el pelo, las uñas y las eliminar arrugas y la flaccidez en la piel. Además desintoxican las células de metales pesados. Algunas variedades de algas: Agar-Agar, cochayuyo, etc.

 

Semillas y frutos secos

Alimentos ricos en ácidos grasos esenciales (de la familia Omega 6) y zinc. Son fabulosos para incrementar la libido y para hombres con problemas de próstata. En grandes cantidades pueden favorecer el aumento de peso, pero un par de cucharaditas de semillas y frutos secos molidos al día ayudan a estimular el metabolismo y el control del peso. Es muy importante consumirlos frescos y guardarlos siempre en la nevera.

 

Hierbas y especias

Además de proporcionar sabor a la comida, las hierbas y especias aportan fabulosas propiedades para la salud. Por ejemplo:

 

• El palillo ayuda a bajar los niveles de colesterol.

• El kion, el perejil y el comino ayudan a la digestión. El kion también ayuda en el tratamiento de la ansiedad y la depresión.

• La canela estimula la circulación sanguínea.

• El romero aumenta la memoria y previene las arrugas.

• El anís estimula la libido en los hombres.

• El azafrán, hinojo, salvia, romero, hierba buena, hierba santa, albahaca y estragón reducen la presión sanguínea y aumentan la libido tanto en hombres como en mujeres.

 

Agua

Lo más recomendable es que sea filtrada o embotellada. El agua elimina toxinas, ayuda a transportar nutrientes a las células, aumenta la energía y mejora las funciones del cuerpo.

 

Si se quieren conseguir resultados más rápidos es importante introducir la práctica de algún tipo de ejercicio. Este no solo mejora el aspecto físico, sino que alivia el estrés y la depresión, mejora la flexibilidad mental y física, fomenta la eliminación de toxinas, aumenta la energía, previene los problemas cardiovasculares y mantiene el nivel de las hormonas sexuales.

 

Es importante recordar que jamás debemos ingerir agua antes de acostarnos, pues en este caso favorece la retención de líquidos.

 

 

AYUDA EXTRA CON SUPLEMENTOS NUTRICIONALES

Es importante respaldar estos consejos con suplementos nutricionales naturales (se pueden encontrar en tiendas de productos naturales), puesto que hoy en día no existe la dieta equilibrada. Estamos, a la vez, sobrealimentados y desnutridos. Vivimos inmersos en un mar de conta-minación, metales pesados en el agua, pesticidas en los alimentos, hormonas en los productos lácteos, etc., que nos roban los nutrientes necesarios para vivir de forma saludable. Por lo tanto, es vital complementar la dieta con dosis de ciertos nutrientes:

 

• Un complejo de vitaminas y minerales que incluya dosis altas de la gama de las vitaminas del complejo B (por ejemplo, un mínimo de 50 mg de las vitaminas B1, B2, B3 y B6). Tomar una tableta dos veces al día con las comidas.

• Un complejo antioxidante que incluya las vitaminas A, betacaroteno, C, E (d-alpha tocoferol).

• Suplementos de los minerales magnesio, zinc y selenio.

• Gingko Biloba en gotas. Tomar 20 gotas con un poco de agua, dos veces al día antes de las comidas.

• Enzimas digestivas. Tomar una cápsula en cada comida.

 

Durante generaciones hemos permitido que el concepto de los minutos y los segundos nos dicte cuántos años tenemos y, por lo tanto, cómo debemos sentirnos y actuar al respecto. Como dice Louise Hay en su libro Vivir (Ed. Urano): "Lo que mentalmente aceptamos y creemos se convierte en realidad". Tal vez sea hora de cambiar nuestras creencias sobre el envejecimiento y nosotros mismos, y convertirnos en lo que realmente queremos ser, física y mentalmente.

 

Recordemos la famosa interrogante que cuestionó el Dr. Wayne W. Dyer: ¿Cuántos años tendrías si no supieras cuántos años tienes?

 

 

ARTÍCULO PUBLICADO EN LA EDICIÓN 19.

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