LA JUSTICIA DE LOS HOMBRES Y LA JUSTICIA DIVINA
Dios envió primero a Moisés para enseñar la justicia a los hombres. Después envió a Jesús para enseñarles el amor y el perdón. Sí, pero no hay que quedarse ahí. Poner la otra mejilla para que os peguen, y perdonar está bien; es un gran progreso respecto de la ley del talión “ojo por ojo, diente por diente”, pero todavía hay algo mejor a hacer.
Si alguien viene a atacaros, ¿acaso está prohibido que seáis más fuertes que él? Le levantáis del suelo diciendo: “¿quieres que te tire al suelo?” Así le mostráis vuestra fuerza, pero no le tiráis, lo posáis suavemente en el suelo, y entonces empieza a respetaros. ¿Acaso no es esto mejor? ¿Por qué tendríais que ser siempre apaleados y masacrados? Debéis ser más fuertes que vuestros enemigos. Con un gesto, con una mirada, con una frase, les inmovilizáis: entonces se sienten pequeños, miserables, y retroceden. Si no podéis triunfar en el plano físico, tratad al menos de triunfar en el plano mental. Esto es mucho mejor que dejarse destrozar por gente deshonesta, injusta y malvada.
Extraído del libro “Pensamientos cotidianos”
Autor: Omraam Mikhaël Aïvanhov
Editado por Bien de Salud
con la autorización de Editorial Prosveta
FRANCIA
07/09/2021