ACEITE DE OLIVA ALIMENTO Y MEDICINA

 

 

En noviembre del 2004 la FDA, el organismo que regula todo lo referente a dietética y nutrición en Estados Unidos autorizó que en las etiquetas de aceite oliva publiciten “ayuda a reducir el colesterol y el riesgo de enfermedad coronaria” esto equivale a reconocer de forma oficial que es un alimento funcional, es decir, que algunas de las sustancias que contiene son capaces de ayudar a prevenir el desarrollo de ciertas enfermedades y, si ya se padecen, a reducir sus efectos. Un importante avance que respalda lo que el saber popular ya intuía: que el aceite oliva es una grasa sana.

 

Oro líquido para la salud

Su consumo nos protege contra todos estos problemas de salud y los atenúa: trastornos cardiovasculares( arteriosclerosis, angina de pecho e infarto), cáncer (mama, próstata y colón) hipertensión, diabetes, mejora el funcionamiento del aparato digestivo así como el hepatobiliar, el del páncreas y el de los intestinos; es muy recomendable en caso de obesidad, refuerza el sistema inmunitario y mantiene en buen estado los tejidos. Es ideal para las embarazadas y el buen desarrollo del bebé; osteoporosis y artritis reumatoide; demencia senil y pérdida de la memoria.

 

Aporta principalmente energía a partir de la grasa -en especial, a través del ácido oleico-, pero también tiene otros componentes minoritarios que inciden positivamente en la salud, como los polifenoles y la vitamina E, entre otros.

 

Ácido oleico. El ácido oleico es una grasa monoinsaturada. Las grasas insaturadas, entre ellas el ácido oleico, equilibran los niveles de colesterol.

 

Polifenoles. Poseen una acción antioxidante, al ingerirlos, “adquirimos una cierta protección frente a las enfermedades crónicas que sufrimos, como las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer”.

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